El tratamiento de ortodoncia se utiliza para corregir una «mala mordida,» una condición conocida como una maloclusión que involucra los dientes que están amontonados o torcidos. Corregir el problema puede crear una sonrisa atractiva, pero lo más importante, el tratamiento de ortodoncia resulta en una boca más sana. Esto es debido a que los dientes amontonados y torcidos hacen que la limpieza de la boca sea más difícil, lo que puede llevar a caries del diente, enfermedad periodontal y, probablemente, a la pérdida dental.
La mayoría de odontólogos están capacitados para tratar algunos problemas de ortodoncia leves. Si el odontólogo cree que el paciente debe visitar un especialista para tratamiento, él lo referirá con un ortodoncista.
La ortodoncia es un área de especialidad de la odontología que oficialmente se conoce como Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial. El propósito de la ortodoncia es tratar la maloclusión mediante los frenillos dentales, procedimientos correctivos y otros «aparatos» para enderezar los dientes y corregir la alineación de la mandíbula. Un ortodoncista es un odontólogo que se especializa en el diagnóstico, prevención y tratamiento de irregularidades dentales y faciales.
Aunque los planes de tratamiento son personalizados para cada paciente, la mayoría utilizan sus frenillos durante un período de uno a tres años, dependiendo de qué condiciones necesitan ser corregidas. El tratamiento es seguido por un período usando un «retenedor» que mantiene los dientes en su nueva posición. Pese a que se espera un poco de molestia durante el tratamiento, los frenillos de hoy son más cómodos que nunca antes. Los materiales más nuevos emplean una fuerza moderada y constante para mover los dientes y usualmente, requieren menos ajustes.
Cuando se utilizan frenillos, la buena higiene oral es especialmente importante. Cepillarse regularmente, como lo indica el odontólogo, utilizar hilo dental diariamente y programar visitas al consultorio dental puede ayudar a mantener los dientes sanos.
Los pacientes con frenillos deben mantener una dieta balanceada y limitar las meriendas entre comidas. Puede que su odontólogo recomiende evitar algunos alimentos que podrían interferir con los frenillos o torcer accidentalmente los alambres. Estos alimentos pueden incluir nueces, palomitas de maíz, caramelos duros, hielo y alimentos pegajosos como la goma de mascar, dulces de caramelo u otros caramelos masticables.